Este proyecto se llevó a cabo con la nueva imagen de la marca como punto de partida. Con esta nueva propuesta, Awada enfatiza el uso de materiales autóctonos y naturales; un retorno a los orígenes de la marca, a lo clásico y atemporal. Siguiendo esta idea se planteó un proyecto basado en curvas simples y orgánicas; una fachada despojada y amplia, con la vidriera incorporada en el local y llevado a cabo bajo la premisa de conjugar materiales nobles. Se utilizó madera maciza y mármol tratado de distintas formas para la realización de la fachada ranurada, el solado y las piezas de arte centrales; se buscó crear un diálogo y una tensión incorporando acero inoxidable como complemento. La luz fue tratada como factor fundamental, acompañando el proyecto y acentuando la iluminación central resuelta mediante el barrisol. La paleta de colores elegida es neutra y predominan los tonos tierra, de manera que el clima despojado y sencillo no perdiera calidez.